Entrevista a Analía Simancas, Socia líder de Auditoría y Assurance en Deloitte Paraguay
Concibo el liderazgo femenino de la misma forma que el masculino, considero que ambos pueden tener las mismas características y resultados y que, en definitiva, solo depende de la manera en que se aborde independientemente de que se trate de un hombre o de una mujer. Creo que ambos son necesarios para afianzar la equidad de género en ese camino que el mundo empresarial necesita transitar para embarcarse en la tendencia mundial que busca equiparar los espacios de liderazgo y de poder entre hombres y mujeres, además de pregonar la inclusión y la diversidad.
Creo que aporto ejerciendo mi rol con empatía, firmeza y transparencia ante todo. Afortunadamente, en Deloitte existen muchas oportunidades para las mujeres, buscamos la equidad de género, respetando la diversidad y ajustando los modelos pre-concebidos a un modelo más real, humano, multifacético y colaborativo. Parte de nuestra estrategia como firma incorpora la corriente “All in” que establece mediciones, acciones y programas concretos para avanzar en el liderazgo inclusivo con metas y plazos específicos.
Las oportunidades que me dio la firma desde mis inicios busco dársela a otras personas, a otras mujeres con quienes tengo la fortuna de compartir espacios de trabajo. Intento darle a los problemas varias miradas desde diferentes ópticas para emprender acciones que puedan potenciar los procesos y los resultados.
La preparación y el esfuerzo son muy importantes pero me parece fundamental disfrutar el recorrido, tomar riesgos y apoyarse en otras mujeres. Una colega me regaló hace años un libro que valoro mucho, el nombre del libro es “lean in”, que traducido al español significa algo así como un imperativo de apoyarse entre sí y está dedicado a las mujeres recién graduadas. Lo escribió Sheryl Sandberg, directora operativa de Facebook hasta hace un par de meses, y en el libro describe varios desafíos propios de las mujeres a lo largo del desarrollo de su carrera.
Sin duda, algunos de los desafíos más importantes con los que se encuentra cualquier persona hoy día al ejercer el liderazgo es lograr un balance de vida, compaginar el trabajo, la familia, la vida personal, las emociones, la espiritualidad y todas las aristas de ser persona. Por otro lado, particularmente para la mujer un desafío es establecer su propio estilo, incursionar en espacios que hasta ayer estaban destinados casi exclusivamente a hombres y ocuparlos como un igual pero con características propias.
Una mujer líder no debería tener la disyuntiva de elegir entre su carrera profesional y su vida de familia. Una mujer líder puede ser mamá, deportista, hija, ciudadana y todo lo que complete su vida y la haga plena, porque una mujer completa lidera mejor. Siempre hay renuncias, claro, pero también siempre hay (o lo tenemos que inventar) un momento para cada cosa.
Frecuentemente las mujeres poseen la habilidad para reunir personas, consensuar opiniones y generar un ambiente colaborativo que permite la participación de otros. Adicionalmente, las mujeres al estar abiertas al cambio y ser flexibles poseen una mentalidad innovadora, además de ser un fuerte ejemplo a seguir para quienes las rodean. La capacidad de la mujer de manejar varios frentes en paralelo, de ser multitasking, es una de las mayores fortalezas, entre muchas otras que posee, puede ocuparse de varios temas al mismo tiempo sin descuidar ninguno, no le resulta difícil organizarse, lo que es clave para el ejercicio del liderazgo.
Si bien no tengo a mano estadísticas concretas, logro advertir desde mi experiencia del día a día en el país y en la región, que existen cada vez más mujeres ejerciendo posiciones de liderazgo en las organizaciones, los gobiernos y la sociedad civil. Por supuesto que ha habido avances en los últimos años, pero aún nos falta recorrer bastante camino para llegar a equiparar los lugares de liderazgo y de poder entre hombres y mujeres. Debería ser un imperativo para las empresas otorgar esos espacios a las mujeres, allanarles un poco el camino y que no sea tan cuesta arriba demostrar la capacidad que tienen para liderar en distintos ámbitos, ya que eso nos ha demostrado la experiencia en la medida en que la mujer puede acceder a las oportunidades, no solo no las desaprovecha, sino que alza la vara para quienes vendrán después.