El salario mínimo es uno de los temás de mayor relevancia en la economía paraguaya y, por lo tanto, un reajuste siempre incidirá en el mercado. La inflación golpeó duramente a la economía local el año pasado y desde julio del 2023 se buscará compensar la pérdida del poder adquisitivo con una nueva suba salarial que, según estimaciones, será de G. 130.000 (alrededor del 5,1 %). Con esto, el salario mínimo pasaría a ser de G.2.680.372.
En su más reciente informe macroeconómico, el Banco Central del Paraguay (BCP) destacó que la inflación interanual en junio fue del 5,1 %, porcentaje que fue tenido en cuenta por el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam) para fijar el reajuste del salario básico en dicho mes, según lo establece la ley vigente.
El incremento en el salario mínimo siempre trae consigo un impacto en corto plazo en el mercado, en un lapso de dos a tres meses generalmente. Esto desemboca en una suba adicional de precios de la canasta familiar. El efecto dominó también alcanza a tasas y aranceles en servicios públicos y privados, jornales de trabajadores de distintos segmentos, multas, honorarios y hasta en la prestación alimentaria.
Productos cárnicos, lácteos, panificados, así como hortalizas, no escapan a esta tendencia y todo indica que, tras efectivizarse el reajuste salarial, sufrirán una variación en alza y esto repercutirá en todos los sectores de la sociedad.
Cada mitad de año, el sector económico reaviva las discusiones en torno al salario mínimo en nuestro país, debido a que desde 2016 rige la Ley 5764 que establece el reajuste anual del salario mínimo con base en la tasa de inflación del Índice de Precios del Consumidor (IPC).
El aumento del salario mínimo obliga a muchos comercios y empresas a realizar ajustes en sus productos o servicios, lo que equivale a incrementos de precios para los consumidores finales. Este factor, a su vez, incide demasiado en la inflación. Según estimaciones, el reajuste alcanzará a poco más de 400.000 trabajadores del país.
Por un lado, los sectores sindicales afirman que la inflación medida por el BCP no refleja el costo de la canasta familiar de los trabajadores y que hay un atraso histórico en el poder adquisitivo del salario mínimo. Por el otro, consideran que el salario mínimo actual es de cumplimiento imposible para muchas actividades económicas. En realidad, el tema del salario mínimo es parte de un drama extremadamente complejo del mercado laboral, que es la informalidad.
Ante este escenario, las autoridades deben adoptar las medidas necesarias para hacer frente a la inflación de bienes básicos que presionan siempre a un aumento del salario y generan altos niveles de descontento social y conflictos entre los diversos sectores económicos del país.
Economistas coinciden en señalar que lo ideal sería hallar un equilibrio o punto intermedio para que el aumento definido no tenga incidencia directa o no eleve demasiado los precios de la canasta básica familiar y que tampoco perjudique al sector empresarial formal. Para que esto suceda, es necesario contar con una política salarial eficiente y acorde a las circunstancias del mercado paraguayo.
Sin embargo, en Paraguay persiste la fijación del nivel del sueldo mínimo únicamente a partir del aumento del costo de vida medido por la suba de precios. La ausencia de los demás criterios generó que el salario mínimo sea hoy en día un techo y no un piso. A raíz de ello, sería oportuno que se establezcan otros mecanismos de ajustes que garanticen un mejor desempeño económico, un aumento de la productividad y un beneficio a los trabajadores.
El anuncio de un nuevo auEl anuncio de un nuevo aumento salarial sorprende a Paraguay en una baja sostenida en el precio de combustibles en general. Sin embargo, el sector alimenticio sigue sufriendo variaciones en alza.
La conducta de este indicador en ese mes obedeció principalmente a la disminución de precios de los combustibles. Ya en abril, tanto el emblema público como los privados bajaron los valores de todos sus productos en un promedio de G. 700 por cada litro, lo que se reflejó en el resultado del IPC. En enero de este año, el BCP informó que la inflación de ese mes fue del 1.2 %, mientras que en febrero fue de 0,5 %y en marzo cerró en 0,4 %.
El último reajuste del salario mínimo en Paraguay se había registrado el año pasado sobre el 11,4 % de inflación, con lo que pasó de G. 2.289.324 a G. 2.550.307. Actualmente, es el cuarto país con mejor sueldo mínimo de la región, llegando a los US$ 354,2. El ranking es liderado por Chile, que alcanza los US$ 554,4 .
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