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Charlemos de un producto con bandera nacional

Mantener la buena calidad y el sabor de siempre. Café Mayo nació bajo esa premisa en 1966 y hoy esta marca nacional perdura gracias a la tradición de disfrutar de un producto noble con mucha historia e identidad paraguaya.

Martha Rivas, representante de la empresa, destaca que Café Mayo es líder en un mercado cada vez más exigente y cambiante. Por eso, la compañía trabaja en proyectos para acercar pronto a sus clientes una nueva gama de sabores y texturas para estar a la vanguardia.

¿Cómo observa el posicionamiento actual de su marca?

La marca tiene una trayectoria de 56 años, hoy está bien posicionada, tenemos una suerte de reconocimiento del público y de la banca hacia nuestra empresa. Somos líderes del mercado. Obviamente hay muchas marcas de café, pero en el café clásico, somos líderes del mercado. Tenemos un buen posicionamiento tanto en la marca como en el reconocimiento de la empresa en sí.

¿Qué planes cree que deben trabajar las marcas para obtener este reconocimiento dentro de su rubro?

Depende del rubro, hablemos del rubro de alimentos, que es nuestro caso. Uno tiene que tener una calidad x, un padrón x, el que uno determine cuando empiece el trabajo y continuar con ese padrón. La marca, hablando en término de alimentos, que tiene un sube y baja o alternancia, generalmente fracasa. Mi padre, uno de los fundadores de la empresa, siempre decía: “Lo que se mete en la boca, no puede variar”. Es que el cliente es muy intuitivo y conoce su marca, conoce el producto que le gusta, ya sea una empanada, un café o cigarrillos. Somos muy sensibles con lo que metemos en la boca. Entonces, si uno quiere mantener su calidad tiene que mantener el mismo padrón, el mismo nivel de calidad con el que se empezó. Ese es el secreto, además de mantener el precio.


¿De qué manera su empresa trabaja para seguir ofreciendo esta calidad?

Siempre tratamos de mantener el mismo padrón, que viene a ser la mezcla de los diferentes granos hasta sacar un blend, que es un tipo de mezcla. Al ser un producto semiartesanal, obviamente los clientes nos hacen observaciones, pero en un 99% tratamos de mantener la calidad cueste lo que cueste. Nosotros subimos el precio del café según nos suban la materia prima, que son los granos verdes. Uno debe mantener un mismo precio en todo el mercado. Uno puede tener distribuidores, mayoristas y minoristas, son nichos de mercado, pero a todos los clientes hay que mantener un precio de acuerdo a su operación. Uno no puede vender en un supermercado a G. 1.000 y en otro supermercado a G. 500. Podés ganar quizás mucha plata, pero le estás perjudicando a tu marca. Si hago una promoción de descuento de 5%, tengo que hacerla a todos mis clientes, esa es la uniformidad en el precio y es fundamental en un producto, tanto si se trata de un zapato o de un producto alimenticio.

Hoy te vas al supermercado y notarás una amplia variedad, veo que ya vienen marcas hasta de Indonesia. Hoy despertó en este país, donde incluso hace 400 grados de calor, una sensibilidad hacia el café. Antes tomaban café solo los mayores de 40 años, hoy lo toman desde muy jóvenes para ir a la oficina o la facultad, hasta el café frío está entrando y se está imponiendo. Entonces, nosotros a partir de este gran resurgimiento local tendremos algunas activaciones. Comenzamos con unos amenities, estamos viendo la posibilidad de lanzar un producto diferente. Estamos viendo la posibilidad de agiornarnos porque la gente pide cambio, pide ver otra cosa porque no todo el mundo puede acceder a un café colombiano o italiano, que son buenísimos, pero el costo también es diferente. Entonces tenemos que darle todas esas opciones a nuestros clientes porque, si algo sabemos, es que Café Mayo se debe a sus clientes.

Habló de la importancia de mantener la calidad, ¿cómo marcas nacionales como Café Mayo logra obtener una calidad que logra competir con muchas marcas internacionales?

Hay dos tipos de granos de café en el mundo: el arábica y el robusta. El café arábica tiene sabor y aroma, es un café tipo Colombia que también hay en Brasil. El café robusta, que también hay en Brasil, es un café que tiene cuerpo, no tiene aroma ni sabor. Entonces, ¿qué hace un productor de café? Si uno desea, mezcla los dos tipos de granos y saca un blend, una mezcla, y ese es su padrón por siempre. Otros usan solamente arábica, otros solo robusta. Tenemos proveedores que nos dejan en puerta el café según nuestros pedidos. Es decir, tenemos la posibilidad de mantener nuestra calidad.

Lo que debemos saber es que el café es como el whisky.

Así como el whisky es el rey de la bebida helada, el café es el rey de la bebida caliente. El café es un momento de encuentro, por eso nuestro slogan es “Charlemos”.

Eso es el café, un encuentro con amigos, un cafecito que te despierta, que te entretiene, que te acompaña. Es una costumbre muy buena, es sano. El mito de que el café te hacía daño no es cierto. Obviamente, si tomás 45 tacitas de café te acelera de más, pero estamos hablando de un consumo razonable, es un producto bueno, cálido. Hay que consumir café, creo que podemos ser buenos ejemplos de consumidores y conocedores de café.

Apostemos al país, de repente veo en restaurantes o empresas máquinas de café con productos extranjeros y yo puedo asegurar que nuestro café es muy bueno. Si ponemos empeño de usar un jabón nacional, un café nacional, una caña paraguaya, podemos apostar más por el país, ser un poco más patriotas. Hoy los menonitas están haciendo leche en polvo y considero que como empresarios debemos apostar al país, mostrar al país.

Tenemos muchos productos nacionales buenos y por eso mi mensaje es apostar al país, consumir lo que el Paraguay produce.

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