El crecimiento de las empresas permite el crecimiento del país. Por ello, los líderes empresariales deben tener claras sus prioridades para apostar a este objetivo. Blas Zapag, presidente del Grupo Zapag, nos habla de cómo el grupo atiende este desafío.
En esta nota, Zapag nos habla de las oportunidades que las empresas pueden encontrar en el país, dentro de condiciones óptimas para la inversión y posibilidades de expansión.
¿Cuál cree que es la prioridad que hoy las empresas deben apuntar para apostar al desarrollo del país?
Evidentemente, vivimos en un país con condiciones óptimas para la producción de cualquier tipo de insumos; creo que las empresas debiéramos intentar descentralizar la actividad de las ciudades principales, me refiero a Asunción, Encarnación, Ciudad del Este, Canendiyú, Salto de Guairá… en donde normalmente concentramos todas las actividades comerciales.
Sin embargo, existen varios departamentos que no disponen de recursos o de un negocio sustentable. Entonces nosotros como grupo tenemos nuestra actividad principal en la distribución del combustible, por ende, estamos descubriendo toda la geografía nacional. Casi 800 puntos de estaciones de servicio.
Vivimos en un país con condiciones óptimas para la producción de cualquier tipo de insumos
Como grupo, ¿cómo responde a esta prioridad?
Desde mi óptica, esto que menciono no es suficiente. Así entonces, como grupo, estamos procurando desarrollar proyectos que aprovechen la dinámica que tiene Paraguay, inclusive para inversionistas extranjeros creo que es una oportunidad.
¿Cómo se aprovechan esas oportunidades que menciona?
Creo que la oportunidad que tenemos la tenemos que aprovechar, en concreto llevar proyectos en todos los demás departamentos. En nuestro caso, estamos llevando a Concepción; es un proyecto que albergará de forma directa e indirecta más de 40.000 personas. Con una actividad de reforestación, con una industria y aporte de capital en su mayoría paraguayo y un porcentaje extranjero.
Creo que esa debería ser la forma en que, sobre todo los comerciantes, fuimos respondiendo desde nuestras propuestas; en el caso de Copetrol, específicamente, y como grupo, desarrollamos este tipo de proyectos como forma de decir “gracias” al consumidor y devolver proyectos con gran impacto social.
¿Podría hablarnos de este impacto social que pretenden generar?
La parte del impacto social tiene que estar acompañada de impacto económico, evidentemente estos proyectos deben ser rentables y ambientalmente sustentables, también socialmente sustentables en el largo tiempo.
A veces una década no es suficiente, hay que pensar proyectos que se sostengan décadas y décadas. Creo que es la base de las economías en el mundo que resultan.
¿Cuál debería ser el enfoque de los líderes en esta cuestión?
En nuestro caso, como líderes del sector, buscamos reinvertir. Reinvertir el 100% de lo generado. Sobre todo, no tanto en el producto de combustible – pues es un grupo saturado, donde se junta el hambre con las ganas de comer -, sino que vemos otras oportunidades y nos encaminamos a ellas.
Creo que cada líder en su sector debería pensar de esa manera. También atomizar los riesgos, pues cuando uno invierte en una sola actividad pone todos los huevos en una canasta. Atomizar riesgos, para mí, implica realizar otro tipo de inversiones que tengan, sobre todo, la parte social.
¿Cómo invertir en lo social?
Insisto en la parte social pues esto no significa solo generar trabajo, también significa pensar en mayor calidad de vida para las personas. En cuanto a su preparación.
En el país tenemos una gran falencia en la línea de capacitación, es difícil encontrar gente capacitada. Entonces, ya que el Estado no hace algo en ese rubro – este gobierno, ni el anterior, ni el anterior… -, a los empresarios nos toca ese rol de hacer lo que podemos para capacitar a las personas y apuntar a una mejor calidad de vida.
En el caso del proyecto en Concepción esto es algo que vamos a hacer y se notará en el tiempo. Entre todos los empresarios cumplimos con los sueldos mínimos, pero eso no es suficiente; se da trabajo pero eso no es suficiente. Hay que buscar mejorar el rendimiento de las personas y también sus ingresos.
¿Algún mensaje final?
Esta es mi forma de pensar: no concentrar en Asunción, Encarnación, Ciudad del Este y ver qué hay en Concepción, Cazaapá y otras zonas. Somos un país ganadero, y la ganadería es muy positiva para nuestra economía, pero en cuanto a recursos humanos se requiere muy poca gente por hectáreas ocupadas. Hay por eso que apuntar a proyectos donde se combinan estas dos cosas.