Las nuevas tecnologías posibilitan una mayor velocidad y una mejor calidad en la formación. Esta realidad a su vez permite a las instituciones educativas responder a las nuevas necesidades de conocimiento, para sostener desde el saber el desarrollo de las sociedades y el crecimiento del país.
La USIL en Paraguay forma parte de una corporación educativa que nació en Perú hace 52 años. Actualmente tiene presencia en países como EE. UU., República Dominicana, Panamá y Ecuador. También tiene operaciones en España y un centro cultural en China.
La institución educativa apuesta a la innovación, mediante el desarrollo continuo de sus programas. “Tenemos un acceso a la información que antes no había”, afirma el CEO de la Corporación San Ignacio de Loyola, Raúl Diez Canseco.
Al respecto, en esta entrevista asegura que “la nueva moneda va a ser el conocimiento”, y nos explica de qué manera la USIL responde a esta demanda de mayor y mejor formación.
¿Cuáles son las proyecciones de la USIL en cuanto a la innovación para mejorar la educación que proporciona?
En Paraguay, como consecuencia de la pandemia, se dio una serie de cambios, sobre todo en el plano digital. La velocidad y los cambios se han dado como consecuencia de la cuarentena que ha vivido el mundo. La inmersión en las redes sociales y el manejo de las herramientas digitales hace que todo el sistema educativo, en todos los países, tenga que hacer uso de esas herramientas. De modo que la USIL hace mucho hincapié en esto.
Una de nuestras carreras que tiene mayor vigencia en esto es la de Informática, la ingeniería de datos, aplicada a la era digital. Por supuesto, también en lo que es Business Administration, Marketing, etc. Estas, dado que vivimos en una época en la que también ha habido mucho desarrollo de pequeños y medianos proyectos de jóvenes que deben tener unas condiciones especiales para autoemplearse en los mismos. De modo que sobreviene una era de conocimiento sumamente interesante, que la USIL, conectada con el mundo, va a interpretar.
Actualmente, ¿cómo cree que este contexto ha impactado en la formación que brindan?
Muchísimo, dado que estábamos acostumbrados a la formación presencial. El hecho de haber ido a un sistema online abre muchas posibilidades. La más importante es el aprovechamiento del tiempo y de las tecnologías.
Creo que pasada la pandemia y con la vuelta a la presencialidad, muchos cursos van a continuar siendo digitales. Los jóvenes han aprendido y van a exigir más la valoración de su tiempo, y van a ir a las universidades para el uso de los laboratorios, los simuladores, en programas que tienen mayor interacción. Será un sistema en el que parte será presencial y parte será virtual.
Nosotros estamos desarrollando un modelo propio que viene de preparar al profesor en esta nueva era digital con un manejo de las tecnologías sofisticadas en el aula, utilizando salones híbridos, porque somos conscientes de que vamos a enfrentar un sistema diferente.
¿Cuáles son las expectativas de la universidad ante la realidad y potencial de esta modalidad híbrida?
Muchas. Vamos a poder llegar a lugares como Encarnación, Ciudad del Este, Concepción, donde antes de la pandemia y sin tener desarrollados estos sistemas era bastante complejo de llegar. Trasladar a profesores y cursos específicos a estos lugares era complejo, pero ahora podemos llevarlos virtualmente.
Por otro lado, tenemos la posibilidad de abaratar muchos cursos. Por ejemplo, permitir que las maestrías 100% online lleguen a lugares más alejados, con mejor cobertura y un precio para más bolsillos.
La USIL tiene presencia en distintos países. ¿Cómo ve el contexto de la educación, comparativamente, en nuestro país versus otros puntos en los que está ubicado?
Siempre hemos pensado que en Paraguay hay que innovar en la educación superior. Aquí la mayoría de los jóvenes estudian de noche; en países como Perú o Colombia, antes de la pandemia, el alumno iba presencialmente y durante el día. Creo que hay que dar mucha más importancia a la educación superior para formar al joven y brindarle las herramientas para que ingrese al mundo laboral.
En los últimos años, Paraguay ha ido mejorando, pero creemos que aún hay un camino largo por recorrer.
Siendo conscientes de que la única manera de generar riqueza en países como el nuestro, es generando conocimiento. Y si queremos repartir riqueza, hay que repartir conocimiento primero.
No hay manera de crecer en un país y atraer inversión si no tenemos mano de obra calificada. Y los grandes proyectos de desarrollo de los que se escucha, van a requerir mano de obra profesional.
¿Cuáles son las próximas metas de la universidad?
Pienso que esto depende mucho del sistema regulador del Paraguay. Uno puede tener muchas intenciones de crear nuevas carreras, pero acá pasa lo que ocurre en el Perú: el tiempo para aprobar una nueva carrera es oneroso.
La pandemia ha demostrado que el mundo va a una velocidad de cambio muy rápido y tenemos que adecuar nuestros países a ese cambio. Lo otro es que nuestros jóvenes, inmersos en el mundo digital, acceden a más información, requieren mayor conocimiento, y la educación debe modernizarse más y a mayor velocidad.
De modo que estamos ante un escenario muy interesante. Los proyectos educativos en todos los niveles deben enriquecerse y utilizar mucha tecnología. Los grandes actores, que son los maestros, tendrán que reinventarse inclusive para utilizar tecnologías totalmente innovadoras.
Hay que preocuparse también por la red de internet. Porque todo este conocimiento que fluye a través de las redes, necesita de un sistema de interconexión digital muy potente. Tenemos que avanzar mucho más.
¿Qué mensaje le gustaría dejarnos?
Paraguay tiene una gran ventaja en América Latina y en el mundo: tiene un bono demográfico importante. En otras palabras, tiene mucha juventud. Hay que decirle al joven paraguayo que le dé mayor prioridad a estos conocimientos, que tienen que ser impartidos en forma temprana, en la época perfecta en la que el cerebro está fresco y ágil para recibir mayores conocimientos.
Segundo, la tecnología está cambiando muy rápido, pero esto nos permite acceder igual de rápido a la información y al conocimiento.
Tercero, debemos meternos en el mundo de la educación continua; nunca dejarás de estudiar. Lo que hoy aprendiste, mañana es obsoleto. Hoy día, creo que todos los profesionales del mundo deben actualizarse.
También tenemos que profundizar más en las carreras intermedias, en las técnicas. Tiene mucho que ver con el soporte del desarrollo de los países. Hay que motivar a aprender y enseñar que no se vale por lo que se sabe, sino por lo que se hace con aquello que se sabe.
Las instituciones tienen que ocuparse de enseñar a pensar y a actuar.
Vivimos en un momento interesante en el mundo en el que a través de las redes sociales y la fibra óptica, que hay que desarrollar mucho más, tenemos acceso a un conocimiento que antes no había. Mucho dependerá de nosotros, y los países se van a diferenciar entre los que saben y los que no saben. Los que van adelante y los que van atrás. La nueva moneda va a ser el conocimiento.
¿Algo que quiera añadir?
Paraguay en este momento es uno de los pocos países en el mundo que a pesar de la pandemia ha seguido creciendo; la estabilidad política y social da un marco de inversión interesante. Pero los jóvenes tienen que estar preparados para acompañar este proceso de desarrollo. Los empresarios deben invertir en la capacitación de sus recursos humanos porque lo que va a haber ahora es una competencia sin fronteras.