Dentro del amplio mundo del comportamiento humano sabemos que hay una tendencia de ver más lo negativo que lo positivo de las situaciones.
Nuestro cerebro procesa unos 60.000 pensamientos al día. Muchos de ellos son negativos, absurdos o repetitivos. Más del 90 por ciento se repiten y alrededor del 80 a 90% por ciento son negativos, con las consecuencias que esto representa en la realidad de esa persona: negatividad, juicios, decepción, frustración, miedo, estancamiento, infelicidad.
El psicólogo Martin Seligman, impulsor de la llamada psicología positiva, afirma en su libro “La auténtica felicidad” que por cada cien artículos que hablan de la tristeza, sólo se publica uno sobre la felicidad. Una proporción parecida a lo que sucede con las noticias que muestran la mayoría de los medios de comunicación.
Existe una herramienta valiosa como individuos y también para las empresas y equipos, llamada indagación apreciativa, que permite centrarse en los aspectos contributivos de los asuntos a gestionar, en vez de fijar la atención exclusivamente en los que restan en la búsqueda de soluciones.
Para que quede claro: no se trata de negar la realidad y lo que se vive, sino de resignificarla y poner de relieve los aspectos que sí ayudan a resolverla.
En el mundo de los negocios es muy frecuente utilizar la matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas; también conocida como DAFO) para analizar distintos aspectos a resolver.
Aplicando un modelo parecido, aquí dirigido a mejorar la toma de decisiones y potenciar el comportamiento humano, el proceso de indagación apreciativa invita a practicar el método FOAR, compuesto por la revisión de las Fortalezas, Oportunidades, Aspiraciones y Resultados.
La indagación apreciativa se nutre de los aportes del profesor David Cooperrider de la Universidad de Case Western en Estados Unidos, y la define como “las 4D’s” de la apreciación: Descubre, Sueña (Dream en inglés), Diseña y Planea (Deliver en inglés). Y no las podemos cambiar, porque la oportunidad se presenta tal cual es y cuando aparece; aunque sí tienes el poder de aceptarla o rechazarla.
Revisemos cada uno de los aspectos de la matriz FOAR:
Es el punto de partida, el descubrir las herramientas con las que cuentas. Se detalla todo lo que ya está bien y que contribuye al éxito del objetivo que se plantea; incluso cuando se lo aplica para resolver desafíos.
Para enfocarse, es importante utilizar disparadores, por ejemplo, con qué habilidades se cuenta, qué tanto conoces de ti o del tema a abordar, qué valores influyen en tus fortalezas; y también qué creencias contributivas -las que conocemos como positivas-, además de preguntarse “¿en qué reconozco que tengo o tenemos mucho talento?
Este cuadrante del FOAR contempla la apertura mental y el cambio de modelos internos para expandirse más allá de lo conocido. Existen oportunidades internas, por ejemplo, los permisos que te das para experimentar lo nuevo, la predisposición, el ánimo y el entusiasmo para encarar tu proceso de mejora personal y profesional; y también externas, donde aprendes a detectar todo lo que el entorno ofrece como chances de mejora -como tomar un curso, acceder a un contacto para resolver una situación, un libro que te activó un pensamiento lateral que no habías considerado-.
En este ámbito de las oportunidades, la imaginación, la creatividad y la innovación se convierten en aliadas estratégicas para poder expandir tu poder de percepción para la resolución de los distintos temas que, antes, te preocupaban y, hoy, estás sentándote sobre ellos desde nuevas perspectivas.
Cada cosa que no puedes ver aún, no quiere decir que no pueda pasar en el futuro. Por eso el modelo FOAR se apoya en el mundo de las posibilidades.
La posibilidad nace de la apertura interna y predisposición para que ocurran cosas buenas. Todo lo que aspiras, sueñas, quieres descubrir, y anhelas conseguir, puede encontrar un camino de concreción a través de las oportunidades que estás visualizando, por más lejanas que parezcan de momento.
Para determinar tus aspiraciones y las de un equipo, es necesario repasar las fortalezas y las oportunidades y establecer en concreto las metas que se desean obtener. Como preguntas disparadoras: ¿Qué es lo realmente importante y que me o nos apasiona? ¿Adónde quiero o queremos llegar? ¿Cómo visualizo concretamente el futuro? (crea una imagen mental como si fuese en HD) ¿Cómo será en lo concreto el resultado exitoso de estas aspiraciones? ¿Qué emociones estarán presentes?
Hay un ejercicio interesante que quisiera proponerte: haz un retrato positivo de ti, y puedes proponerlo a tu equipo también: toma una fotografía de tu rostro -y puede ser también de cada miembro de un team-, y comienza a escribir con pulso firme cualidades en distintos lugares de esa foto. Por ejemplo, cualidades relacionadas con la visión hacia dónde quieres llegar en la zona de los ojos; las de la comunicación, en la zona de la boca; la de la creatividad, en la frente; la empatía y habilidad de escucha, en las orejas, y así sucesivamente asociarás espacios de tu foto con cualidades que ayudan en la indagación apreciativa. Te sorprenderá el resultado. Si necesitas desarrollar más alguno de estos aspectos, visualiza la foto durante varias semanas seguidas diariamente unos instantes, y deja que tu mente subconsciente haga el resto.
Esta es la consecuencia final de las acciones que has emprendido para alcanzar la meta. Es el efecto concreto de un hecho activado en el tiempo.
En este cuadrante del FOAR definirás los indicadores tangibles y medibles de lo que deseas obtener. Lograr la venta de cierta cantidad de unidades de un producto, la apertura de un nuevo negocio en determinada ubicación estratégica, la superación con éxito de un desafío que pueda potenciar a la persona o empresa, o la conclusión de una negociación, son algunos ejemplos prácticos y concretos.
Para alcanzar los resultados es necesario trazar el plan de acción, establecer metas utilizando metodologías específicas, desarrollar la estrategia, determinar los responsables y el tiempo en el que se arribará a este punto, y medir el avance parcial.
Es sabido por todos que no se obtienen resultados si no hay acción enfocada, energía disponible y claridad para activar todo lo que sea necesario para lograrlo. Porque sólo soñarlo o imaginarlo, e incluso tenerlo simplemente en un plano de aspiración sin acción, no alcanzará para concretarlos.
La disciplina, la claridad y el foco permanente, el ajustar los desvíos y corregir en sentido positivo, serán otras herramientas indispensables para lograrlo.
Tomando en cuenta la estructura del modelo FOAR podrás potenciar los aspectos que te ayudarán a avanzar, y surgirán posibilidades que quizás no se tenían en cuenta en el modelo tradicional FODA.
La invitación es a observar, siempre y permanentemente, los aspectos positivos y contributivos frente a todas las situaciones. ¿Qué sucederá si lo haces? Irás modificando en positivo tu modelo mental, virando hacia uno enfocado directamente en lo que te acerque a los resultados que quieres obtener, de una forma más superadora, versus aquel viejo patrón de tener el foco puesto en lo que te falta o los obstáculos.
Fuente: Artículo proveído por Portal Empresa, la revista digital de ACDE, escrito por Daniel Colombo.
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