Aún estamos en medio de una situación que demanda de todos dar un poco más. El difícil escenario que compartimos nos desafía a contemplar y analizar distintas estrategias para contrarrestar las pérdidas, captar nuevas oportunidades y sanar las heridas económicas y sociales.
Sin embargo, estamos ante un dinamismo nuevo; acostumbrados a tiempos acelerados, hoy estos no solo han adquirido una nueva velocidad, sino que, de un día para el otro, las reglas del juego cambian su vigencia y las expectativas pueden dar vueltas inesperadas de la noche a la mañana.
Las políticas y planes de acción pueden caducar en cuestión de días, y, algunos días, quizás en cuestión de horas. ¿Se puede, en este contexto, andar por un camino seguro? ¿Existe acaso algún camino seguro? Tal vez nos topemos con tantas respuestas como empresas y sus distintas realidades.
No obstante, hay una verdad indiscutible. Es hora de trabajar. Trabajar bien, trabajar mejor. Desde los colaboradores que están en la primera línea de atención al consumidor, hasta el más alto directivo de la jerarquía corporativa.
Cuando un emprendimiento abre sus puertas, las horas laborales parecen interminables y la incertidumbre del éxito solo se alivia con la esperanza de ver, en el futuro, a una empresa consolidada en su rubro. Hoy, hasta las empresas mejor posicionadas en el mercado, han sentido a cimientos estremecerse; es momento de renovar la mirada, para mirar las limitaciones del presente con el ímpetu de los comienzos. Es hora de empezar, otra vez. Aprender, otra vez.
Luigi Andrada
Editor, CEOPy