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Realidad y desafíos para regenerar el consumo

Impacto en la economía

Christian Cieplik, director de Retail S.A.

Desde el rubro del supermercadismo, convergen distintos actores de la producción y diferentes aristas que nos permiten identificar la realidad que hoy se vive en términos del consumo en general.

Christian Cieplik, director de Retail S.A., presidente de la Asociación Latinoamericana de Supermercados y expresidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados, nos habla de la experiencia del sector durante los últimos meses, así como de los desafíos que se presentan para el mismo.

Al mismo tiempo, señala algunas consecuencias que se hicieron ver en medio del escenario actual, tales como el impacto de la competencia desleal, modificaciones en el consumo y el papel de la industria nacional para responder a este.

¿Podría hablarnos de la experiencia del sector de los supermercados, los últimos meses?

Lógicamente, para todos los supermercados – y en todos los países -, cambió absolutamente el funcionamiento debido a los protocolos sanitarios. Estos dieron una visión distinta al consumidor en cuanto a lo que es un punto de venta.

Se logró demostrar la preocupación y, sobretodo, la ocupación para generar un ambiente seguro, tanto para colaboradores como clientes. De esta manera, se hizo del punto de venta un lugar con menores posibilidades de contagio, gracias al trabajo extraordinario realizado, el cual requirió una gran inversión y un alto costo mensual. Todo para anteponer la seguridad y salubridad y el fiel cumplimiento para resguardar a la gente.

A modo de brindar un contexto, ¿podría darnos una referencia de cómo experimentan otros países de la región esta situación?

En Argentina, el consumo creció 1% en el rubro de limpieza, en comparación al año anterior, 7,9% en el de cuidado personal, varió un -3,8% en el sector de alimentos y -11% en el de bebidas.

En Bolivia están con muchas regulaciones horarias. Uno de los impactos más significativos se dio porque solo podían abrir de lunes a viernes, hasta las 15:00hs. Esto se fue modificando de a poco; luego se añadió el día sábado a los permitidos, actualmente en estos días se pueden realizar las compras hasta las 16:00hs. Así, estuvieron sorteando el tema de los protocolos. Lógicamente, con una gran afectación en las ventas.
Al final de cuentas, en este país también hay una gran informalidad, mucha venta callejera y mercados tradicionales donde se surten las personas, lo cual lleva a una competencia desleal que complica aún más la situación.

La industria nacional y los proveedores en general hicieron un esfuerzo inmenso para responder a la demanda

En Perú, al supermercadismo le ha ido un poco mejor, debido a que se cerraron varios otros canales por la incapacidad de cumplimiento de protocolos sanitarios. Hay otros canales que están abiertos, pero las personas no se animan a acudir a estos, o prefieren los supermercados por la seguridad que estos brindan. Esto permitió que en este país sí se viera una mejora en comparación al año anterior.
En Puerto Rico, por ejemplo, tampoco se sintió tanto el efecto mientras duraba el apoyo económico que recibía las personas (subsidios o dinero de sus empleos). Esto permitió que pasaran de manera casi normal los primeros meses; ahora, cuando muchas personas fueron a los Estados Unidos o junto a parientes – por diferentes razones -, se empieza a notar la diferencia en el consumo. Es un tema de análisis, sin lugar a dudas, la importancia de la presencia concreta, oportuna y bien planificada del Estado para sostener y mantener un cierto poder de consumo de sus ciudadanos.

Preocupa en toda Latinoamérica por igual, el aumento importante de desempleo, de precarización de empleos y, lógicamente, el bajo poder adquisitivo de la gente, que no ayuda a mejorar el consumo y sinergia para un círculo virtuoso.

¿Se experimentó un cambio en el modo de hacer compras de los consumidores? ¿De qué manera?

Con las diferentes resoluciones y decretos dados, hubo muchos cambios que exigieron una alta capacidad de reacción, adaptación e innovación. Además, llevó a trabajar sobre diferentes frentes de manera simultánea.

Hubo también un cambio en el mix de ventas – en todos los países hubo un comportamiento similar, aunque en distintas intensidades -, esto, evidentemente, no significó un aumento en las ventas, sino un cambio en la composición de las mismas. Las personas – según cada país – presentaron necesidades diferentes y, en consecuencia, se incrementó la producción de ciertos sectores en detrimento de otros. Por ejemplo, en un primer momento, la gente hizo compras de seguridad y abastecimiento. Luego, al ver que estas estaban garantizadas, se comenzó a racionalizar las compras.

Hoy, un miembro por familia realiza las compras de manera definida y según prioridades, esto condujo a que las ventas, en general, sean mucho más dependientes de esta misión de compra, que a su vez tiene aristas diferentes, como la disponibilidad y los objetivos de la persona designada para la tarea. Así, muchas ventas adicionales (ventas por impulso) dejaron de existir, ya que la persona entra al local, recorre lo que tiene que recorrer, busca lo que necesita y no se detiene ni entretiene buscando algo adicional que le llame la atención. Las consecuencias de esto se vieron reflejadas en la facturación de los supermercados.

Tiene su lógica: hoy, las personas quieren estar lo menos posible en un punto de venta, incluso con toda la seguridad que este pueda brindarle. La gente prioriza salud y alimento, y el alimento contemplado también desde la salud, la inocuidad, el manejo, la manipulación, y buscando tranquilidad ante lo que consume.

Esto llevó a que los supermercados trabajaran con mayor disciplina con su cadena de abastecimiento, conociendo más al proveedor, instruyéndolo y asegurándose que este también cumpla con los protocolos sanitarios en todos los eslabones productivos, para garantizar que los productos se entreguen dentro de los criterios que hoy exige la situación.

¿Cómo se respondió a la demanda existente?

Se respondió muy bien al cambio de la demanda, el cual fue más pronunciado al inicio y luego se fue acomodando y sosteniendo, desde el punto de vista de las categorías y tipos de productos. Hay que destacar que en cada país fue fundamental el rol de la industria nacional, que estuvo a la altura de las expectativas al cumplir a cabalidad ante una inusual – y, en algunas categorías, irracional – conducta de compra, impulsada por el desconocimiento general inicial de lo que la pandemia podía significar.

La industria nacional y los proveedores en general hicieron un esfuerzo inmenso para responder a la demanda, entendiendo la caída que existió en muchas categorías y que, para los proveedores, implicó cierres de muchos puntos de venta lo cual afectó su flujo de caja y operativa para abastecer a puntos de venta exceptuados.

Entonces, en toda la cadena y en todo el país, fuimos sometidos a un estrés en la capacidad de reacción y resolución de circunstancias nuevas, lo cual se llevó a cabo de manera exitosa.

Desde su punto de vista, ¿cuáles han sido algunos puntos notables en el abastecimiento y la producción nacional?

Fue un desafío muy interesante y una prueba muy importante en términos de la provisión al país. Con mucho orgullo, puedo decir que en Paraguay la industria nacional y los proveedores en general trabajaron de manera espectacular.


El trabajo conjunto con las autoridades, para entendernos y mantener a flote el abastecimiento fue esencial.

Durante la primera semana o la primera quincena de cuarentena total, se hizo evidente y se pudo magnificar el impacto y la participación de la inmensa competencia desleal, que implica el siempre comentado contrabando y la informalidad. Como las fronteras estaban selladas y no se permitió el ingreso de productos de “otros orígenes”, se percibió un aumento en la demanda y ventas de ciertos productos, algunos insólitos. Esto se dio pues algunos puntos de venta comenzaron a realizar pedidos a proveedores, que anteriormente abastecían mediante mercadería informal.

Entonces, la industria que tenía que abastecer a puntos de venta formales, de pronto fue solicitada para abastecer también a otros puntos que necesitaban mercadería que anteriormente adquirían de otras fuentes (clandestinas) o en otros porcentajes, y que no estaban recibiendo.
En este contexto, las empresas operaron al 100% de su capacidad. Ahí pudimos magnificar la importancia de la provisión, de la seguridad alimenticia que debe tener un país como política de Estado y el gran daño que genera la informalidad en términos de abastecimiento, en condiciones normales en el mercado.

Esto se suma al perjuicio que se observa en la gran cantidad de puestos de trabajos que no se pueden generar u ocupar; al trabajo inhumano de quienes “hombrean” productos de un país a otro, sin seguridad social, sin salario mínimo, sin aspiración a una mejor calidad de vida y sin todo lo que implica un trabajo formal.

Además, los productos de los que hablamos no tienen trazabilidad e impiden el consumo de alimentos de un origen seguro.

El sector va a seguir, con un crecimiento orgánico

En este contexto ¿hubo mayor o menor necesidad de incorporar nuevos recursos humanos, o de reorganizarlos?

Por todo lo mencionado, por las limitaciones, por los correctos protocolos, por la cantidad de actividades cerradas o semicerradas y por la gran pérdida de empleos formales a nivel país, también hubo un impacto en el supermercadismo, en cuanto a la cantidad de tickets y facturación. En cuanto a los RR.HH., muchas empresas redireccionaron a colaboradores a sectores que tuvieron cierto crecimiento – como, por ejemplo, el e-commerce -, intentando retener empleos y no generar mayor desempleos.

Este es un tema que debe ocuparnos a todos, en cuanto a la reposición o reconstrucción del consumo, empresas y actividades; nadie puede vivir disociado de los demás, somos complementarios y tan fuertes como el eslabón más débil.


Fortalecer a los eslabones débiles es un desafío que tenemos, en general, todos los sectores, que debemos poner de nuestra parte para recuperar el consumo y normal funcionamiento, dentro de esta “nueva normalidad”, lo antes posible. Es la única manera para recuperar el ritmo económico que permita garantizar servicios, desarrollo y razonable crecimiento en los niveles de facturación en el sistema empresarial en general.

Para todos los supermercados – y en todos los países -, cambió absolutamente el funcionamiento debido a los protocolos sanitarios. Estos dieron una visión distinta al consumidor en cuanto a lo que es un punto de venta

¿Tiene alguna expectativa de cómo se comportará el sector, en los próximos meses?

Es muy difícil predecir lo que ocurrirá en los próximos meses, cuando estamos ante permanentes cambios. Por momento, diríamos que los cambios son alentadores, mientras se van abriendo o adelantando ciertas fases. Pero es más fácil ser historiador que profeta.

Como emprendedores y empresarios, debemos ser productivos y proactivos, no solo preocupándonos, sino ocupándonos. Creo que en el sector todos estamos haciendo lo necesario para no tener pérdidas de talentos humanos, que cuesta tanto formar y que hace tanto daño cuando se pierde un puesto de trabajo. Esto lo vemos como un compromiso, con visión de una pronta mejora, previsible en no demasiado tiempo.

Sí, hay sectores muy afectados y muy importantes dentro de la composición total de supermercadismo, como la panadería, confitería, rotisería y patio de comidas; reconstruir esto tomará un tiempo, debido a los protocolos y a la cantidad de gente que se admite en estos espacios, muy inferior en comparación con tiempos anteriores. Hay mucho que ir viendo y evaluando, según la evolución de la pandemia.

El sector va a seguir, con un crecimiento orgánico. En este contexto se buscará la generación de algunos empleos, aprovechando mejor los recursos y talentos humanos que hoy se encuentran en cada una de las cadenas de producción de las empresas. Porque todos estamos obligados a buscar mayor eficiencia.

Por lo anterior, la tecnología, la búsqueda de eficiencia y la reducción de costos tienen un papel importante; mucho se trabaja en desarrollar nuevas maneras de satisfacer las demandas del consumidor, mediante la omnicanalidad o ciertas formas como el e-commerce, pick up, check out, para llegar de todas las maneras posibles y ágiles a la clientela.

Muchas empresas se vieron obligadas a hacer una profunda revisión de su operativa, también aquellas exceptuadas, y ni hablar de aquellas que estuvieron trabajando a medias o cerraron totalmente. Ahí el impacto es, obviamente, mayor. Es tremendo, y en conjunto debemos buscar, con mucha responsabilidad en la conducta y cumplimiento de medidas protocolares, volver con recaudos a una nueva normalidad, que permita generar, lo antes posible, la recuperación de puestos de trabajo, la reconstrucción del consumo y del movimiento económico en general.

Debemos seguir, pagar cuentas, pagar deudas, generar empleos, recuperar el poder adquisitivo que se vio muy afectado – y, en algunos casos, reducido al mínimo -, y estos son grandes desafíos en los que todos debemos hacer nuestra parte.

La tecnología, la búsqueda de eficiencia y la reducción de costos tienen un papel importante

¿Cuáles son algunos desafíos futuros?

El sector (supermercadista) es, en todos los países, muy importante: es el punto final donde convergen muchos eslabones, mano de obra para la construcción de los productos que vemos en góndolas, puestos de trabajo en el punto de venta en sí y en todo lo que se mueve y gira en torno a este. Es un gran tomador de primer empleo y formador de profesionales, en diferentes categorías y especialidades.

Esto hace que el sector tenga una gran responsabilidad de seguir creciendo, avanzar en la formalización del país y – ahora que aparecen nuevas modalidades de pago – apostar a generar mayor trazabilidad del dinero, que a su vez tenga un impacto positivo en la experiencia de compra, brindando la seguridad y los recaudos que hoy permiten ciertas herramientas como la billetera electrónica o el pago mediante código QR, entre otros. La innovación en los pagos tiene un papel significativo, ya que aporta a la transparencia de los orígenes del dinero y mejora los manejos de fondos, dando una gran mano a la formalización y permitiendo al fisco recaudar y llegar a gente que, mediante el manejo de efectivo, no están al alcance de su control.

Estos son que vemos que son importantes, pensamos que el sector seguirá apoyando y será un gran aportante en los sentidos mencionados; un gran innovador en tecnología, en calidad, seguridad ocupacional, cumplimiento de protocolos, generación de empleo, facilitador de primer empleo, desarrollo de cadenas productivas, formación de profesionales, etc.

Son grandes desafíos en un momento muy especial, pero se generan nuevas capacidades y nuevas cualidades que van a surgir de esto, para que sea más rápida y más concreta la recuperación de todos y cada uno de los sectores.

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