Lideres que ven al otro lado

Desarrollo del liderazgo

Los desafíos que las empresas vislumbran en la coyuntura presente demandan nuevos líderes. Mejores líderes. Gracias a un liderazgo efectivo, también se podrá lograr la eficiencia en el desarrollo de buenos negocios.

Para formar este liderazgo y continuar puliéndolo, son importantes las herramientas que lo posibilitan. Así mismo, es igual de importante el acompañamiento y seguimiento que desafíe e impulse a la persona a ser cada día “más líder” y un respetado referente para sus colaboradores.

Gabriela Teasdale, presidenta de Transformación Paraguay y directora de Pro Lider Training , al respecto, afirma que los grandes objetivos se obtienen cuando uno cuenta con una guía para el aprendizaje, por un lado. Pero, además de preocuparse por su propio desarrollo, también debe preocuparse por el de su equipo; por eso, no ha de pensar solo en lo que puede pedir de sus colaboradores, sino ocuparse de lo que puede entregar a estos y, así, a toda la organización y el negocio.

¿Cuáles considera que son las principales habilidades que la actualidad demanda de un líder?

Este es un tiempo muy singular en la vida de todos, un tiempo que desnuda quiénes somos verdaderamente como seres humanos y, sobre todo, como líderes. La presión, las pérdidas, la incertidumbre y el dolor dejan al descubierto los valores, creencias y características que sostienen nuestro liderazgo y definitivamente también lo fortalecen. En este momento, un líder debería trabajar con mucha empatía hacia los demás, porque escuchar y entender al otro es esencial; tener esa inteligencia emocional necesaria para superar los miedos y las demás emociones tan presentes en estos días. Un líder debe también tener capacidad para tomar decisiones, flexibilidad, creatividad y cercanía con el equipo para construir confianza y compromiso. Mostrar templanza, aceptar los desafíos, trabajar con la verdad y comunicar la realidad es vital. También es necesario inspirar y motivar diariamente. Dar la milla extra para convertirse en ejemplo.

¿Podría hablarnos más de la relación entre el coaching y el liderazgo?

Coaching y liderazgo son dos componentes de una misma ruta: la búsqueda de la excelencia a través del fortalecimiento de nuestras habilidades, hábitos y valores, la influencia que nos acerca a las personas y nos llevan a la buena gestión.

El coaching es una herramienta que potencia el liderazgo de las personas. Un verdadero líder es aquel que, además de lograr los objetivos de negocio, construye una relación cercana con sus colaboradores de tal forma que juntos como equipo sean capaces de superar sus propias expectativas.

No podemos separar uno del otro… el coaching nos lleva a transformarnos en mejores personas, lograr buenos resultados e influenciar en los demás siendo un ejemplo a seguir. Y, sobre todo, agregando valor a la vida de otros para que luego ellos hagan lo mismo y así salgamos todos beneficiados.

Sobre el liderazgo, ¿cambia el concepto, ya sea por el tiempo o el contexto?

El concepto de liderazgo no cambia y no puede cambiar. El liderazgo es, primero, un asunto del corazón, porque siempre que tengamos la oportunidad de influir en el pensamiento y comportamiento de otras personas debemos decidir si actuaremos para satisfacer un interés propio o para beneficiar a otros. Esa intención luego viaja a la cabeza, donde examinamos nuestras creencias sobre liderar y trabajar por el bien común, y finalmente llega a las manos, es decir, a la acción.

Creo que lo que podría ser diferente en este contexto que hoy nos toca vivir es el hecho de reforzar este concepto de liderar desde el corazón y la conciencia. Porque, hoy más que nunca, tenemos que ser capaces de ver al otro, de poner a los demás primero. Nos toca llegar al final de la carrera, asumiendo responsabilidades, aprendiendo y tomando decisiones que marquen un nuevo camino y beneficien a todos.

Me encanta repasar las consideraciones de Simon Sinek, reconocido escritor y conferencista respecto al liderado: “Conozco muchas personas que se encuentran en la parte inferior de las organizaciones, que no tienen ninguna autoridad, pero son líderes absolutos, y esto se debe a que han elegido cuidar de la persona a la izquierda de ellos, y ellos han elegido cuidar de la persona a la derecha de ellos. Eso es un líder”.

En el escenario presente, ¿cómo puede promoverse el coaching de líderes ejecutivos?

Los líderes necesitan estar contenidos y enfocados en nuevos desafíos. Sin duda alguna, contar con el apoyo y la ayuda de un coach es muy importante, especialmente en el contexto que vivimos, ya que como líderes somos responsables del sostenimiento de nuestras organizaciones. Podrían preguntarme: “¿cómo es que sos coach y tenés un coach?”. Es porque ese coach es quien me ayuda a lograr mis metas. Cada semana dedico una hora de mi tiempo a una sesión de coaching con Marshall Goldsmith, con quien trabajo mis objetivos y avances.

Como líder de dos organizaciones, tengo que desafiarme constantemente y sobre todo tengo que crecer en mi liderazgo. John Maxwell dice que nuestro nivel de liderazgo determina nuestra efectividad. Esto es así por una simple razón: es muy poco lo que podemos hacer solos.

Aquí no se trata de jugar un rol de llanero solitario, se trata de reconocer que todavía hay mucho por aprender y para eso ¡necesitamos ayuda!

Podríamos preguntarle a Michael Jordan qué hubiera sido de su carrera sin un coach, o preguntárselo a Alan Mullally, el líder que levantó a la Ford de la quiebra o al ídolo mundial del fútbol, Ronaldo. Todos ellos han alcanzado objetivos increíbles y todos han tenido a su lado alguien para guiarlos.

Además de esto, ¿cuáles son aspectos que deben ocupar la agenda y las prioridades de quienes ocupan cargos gerenciales o directivos?

El líder no solo debe invertir en su propio crecimiento, tiene que estar dispuesto a invertir en el desarrollo de su equipo también. El trabajo en equipo es indispensable para alcanzar las metas en una organización.

Si quiero lograr un high performance team debo capacitar a ese equipo, apostar por él, porque es ese equipo el que me ayudará a llegar a la cima. Ser un buen líder implica conocer e interesarse por el equipo que te acompaña, saber reconocer sus habilidades, sus talentos, sus fortalezas y sus aportes al equipo; tratar de entender sus puntos débiles y ayudarlos a mejorar.

Hace unos años tuve el privilegio de escalar el monte Kilimanjaro, una experiencia increíble en la que pude poner en práctica muchos de los conceptos de liderazgo que aprendí a lo largo de mi carrera. Y el haber trabajado en equipo fue fundamental para lograr llegar a la cima, sorteando todo tipo de dificultades.

Los grandes líderes de la historia nos han enseñado la importancia de impactar positivamente en la vida de las personas. Esa fue la prioridad de la Madre Teresa de Calcuta, de Nelson Mandela, de Jesús, de Gandhi. Su liderazgo marcó un antes y un después en la historia de la humanidad porque todos estuvieron dispuestos a sacrificarse por un propósito que no solo los beneficiaba a ellos, sino a todos.

Creo que cada persona, de acuerdo a la visión que tenga o crea, al rol que juegue dentro de una organización, debe ser capaz de definir sus propias prioridades. Cada uno debería saber por qué hace lo que hace, porque ese es el punto de partida del liderazgo. Cuando tengo un mapa y una agenda definida para llegar al lugar que deseo. Las estrategias y buenos hábitos son parte del día a día del líder, al igual que sus equipos de trabajo, porque sin enfoque y trabajo duro difícilmente se logren resultados.

Al respecto, ¿cuál es el mensaje que querría transmitir?

Trabajemos para convertirnos en líderes con propósito, que desean transformar realidades e inspirar a otros a través de sus acciones. El mundo sufre una carencia de líderes y creo que este es el momento de tomar acción, mostrar la cara y dejar de trabajar desde el egoísmo. Empecemos a hacer las cosas bien, desde el corazón.

Que nuestra intención no sea impresionar, sino sumar. No busquemos aparentar, busquemos trascender con nuestras acciones porque nadie gana hasta que todos lo hacemos. Así como decía la Madre Teresa: “No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón”.