Entrevista con Gustavo Saba, director del Grupo Saba
La realidad actual ha sido descrita con numerosos calificativos: nueva, desconocida, difícil, delicada, extraña, incierta, desafiante, inestable, atípica, y muchos otros adjetivos más. Lo cierto es que las condiciones en las que hoy las empresas deben hacer negocios pueden ser todo esto. Ahora, ¿cómo generar estrategias que piensen hacia el futuro? ¿Cómo mirar con optimismo el semestre que tenemos delante? ¿Podremos ver a la economía recuperarse? ¿Todas las empresas podrán recuperarse con ella?
El Grupo Saba es uno de los grupos empresariales sobresalientes en nuestro mercado. El mismo reúne a distintas empresas de diferentes rubros, entre los cuales se cita la importación y distribución de bebidas alcohólicas, tabaco, alimentos, productos de consumo masivo en general, así como activos en el sector inmobiliario y hotelero.
Gustavo Saba es quien lidera este conjunto y, gracias a la visión general que esta variedad de sectores de negocios posibilita, nos brinda su perspectiva sobre cómo las diferentes empresas pueden enfrentar la incertidumbre social, económica y empresarial que se ha instalado en el país y en el mundo.
Para comenzar, ¿podría hablarnos de cómo atraviesa la situación actual?
Esta crisis del coronavirus y la cuarentena posterior nos tomó de sorpresa, como a todo el empresariado a todo el país y al mundo. Estábamos en un momento de franco crecimiento en todas las empresas que forman parte de nuestro grupo. A pesar de la recesión, cerramos el 2019 como un excelente año. Sin embargo, con lo sucedido este año, nos encontramos en un momento en el cual debimos sentarnos a reflexionar cuál sería nuestra respuesta a esta situación y nuestro curso de acción en cada una de nuestras empresas, las cuales manejan diferentes tipos de productos.
Esperamos que la situación se normalice, pero debo decir que hasta este momento la reactivación ha sido satisfactoria. Debimos adaptarnos y creo que vamos por buen camino.
“Esta crisis del coronavirus y la cuarentena posterior nos tomó de sorpresa, como a todo el empresariado, todo el país y al mundo. ”
En momentos de incertidumbre, ¿qué factores considera que deben guiar la toma de decisiones en un negocio?
Nuestro grupo está integrado por empresas inmobiliarias importadoras de bebidas alcohólicas, destiladas, de cervezas, cigarrillos, productos alimenticios, de limpieza y también un hotel. Entonces, al tratarse de rubros diversos, cada uno precisó una respuesta diferente para realidades también diferentes.
Me cabe ahora el honor y la responsabilidad de continuar los negocios iniciados por nuestros padres en general y en primer lugar, debemos salvaguardar el capital de las empresas que formamos y trabajamos durante tantos años.
Al mismo tiempo, en nuestro caso, ha sido primordial y hemos hecho hasta lo imposible para no despedir a un solo funcionario. Esto ha requerido un gran esfuerzo, ya que en los meses transcurridos los ingresos bajaron o fueron nulos – como ocurrió en el rubro hotelero, con el cese del turismo.
Hoy, ¿qué criterios cree que son fundamentales a la hora de generar nuevas estrategias?
Desde mi punto de vista, convalido la decisión del gobierno: entre elegir la continuidad de los negocios – tanto de grandes como de pequeños empresarios – o salvaguardar la salud, considero acertada la decisión tomada por las autoridades de escoger lo segundo. Es lo que debe hacerse, tomar las medidas que prioricen el cuidado de la salud de la población.
Sé que para esto el gobierno ha debido incurrir en un costo enorme, y sé que esto tendrá sus consecuencias en el desarrollo económico del país. Creo que todos los empresarios tratan de mantener sus costos, lo cual implica seguir contando con los impuestos actuales, pero pienso que en algún momento estos serán insuficientes para recuperar los gastos del gobierno durante la pandemia.
Y, en el caso de vuestro grupo, ¿cómo guían la planificación que apunta a un mejor desempeño comercial, o en la transición hacia el mismo?
En nuestro caso, en este escenario de crisis, las cabezas de las empresas que conforman nuestro grupo realizan distintas reuniones para encontrar las soluciones específicas que su modelo de negocio o su rubro requiera.
Pero, como cada semana hay actualizaciones de la situación que atraviesa el país y nuevas resoluciones, así como nuevas informaciones que los medios de comunicación internacionales brindan respecto a lo que ocurre en el resto del mundo, estas reuniones no se realizan una única vez y, a partir de allí, se trabaja sobre una línea de acción definida.
Es necesario reunirse periódicamente para analizar las nuevas decisiones gubernamentales o novedades en el panorama económico, para corregir el rumbo que se va tomando.
¿Cree que, ante esta inestabilidad, se puede lograr tener una “certeza suficiente” para actuar de una u otra manera?
La certeza suficiente no existe en los negocios. Si existiera, no serían negocios, serían ciencias exactas. Es así como vemos, de repente, a magnates de otros países que invierten sumas millonarias o billonarias en un sector específico de la actividad comercial o industrial, más adelante deben hacer correcciones sobre esas decisiones. Entonces, “certeza”, no existe. Uno trata de tomar todas las medidas, razonamientos e informaciones disponibles… y ahí se lanza. Uno debe readaptarse y apuntar a lo que cree que es el mejor rumbo.
¿Cuáles son sus expectativas, al pensar en la recuperación de la economía?
Creo que hay que dividirlas en dos situaciones. El espíritu y el entusiasmo propios del paraguayo, la simpatía y la audacia con que encara sus negocios, así como su dinámica, en comparación con otros países de la región, permite que sus esfuerzos sean mayores y, desde este punto de vista, pienso que la recuperación será más rápida en comparación a la de países vecinos. Pero cada empresa tiene, a su vez, sus propias particularidades. Al mismo tiempo, pienso que, de aquí a la preparación de los balances anuales, no habrá empresas con rendimientos comparables al año que pasó. Este primer semestre está, prácticamente, perdido. Si seguimos con la buena marcha lograda gracias a las acertadas decisiones gubernamentales en el campo médico, en el segundo semestre podremos tener, si Dios nos ayuda, una recuperación que ayude a tapar los perjuicios de estos primeros seis meses. De todas maneras, hay estimaciones de que, este año, el rendimiento empresarial, en comparación al año que pasó, tendrá una pérdida mínima de 30 a 40% en sus números finales al término del ejercicio.
¿Pero podría haber mayor claridad en el rumbo a tomar en un sector comercial u otro?
No creo que exista un sector “salvado” de esta crisis. Por ejemplo, la cancelación del turismo perjudicó – no solo aquí – a la industria hotelera, pero también podemos ver casos de gente muy poderosa que ha invertido en la industria de la aviación, y hoy muchas líneas aéreas en el mundo están en convocatoria de acreedores.
Luego, recientemente, hemos visto que la principal o la segunda compañía de alquiler de coches más importante del mundo también ha empezado ese proceso, ya que su negocio – fundamentado principalmente por el traslado vinculado a aeropuertos o turismo – se ha acabado.
Un negocio como este, que genera puestos de trabajo relacionados al mismo tiempo con la industria automovilística, lleva a que esta no reciba nuevos pedidos. A su vez, los automóviles requieren de ciertos elementos, cierta maquinaria, que involucra al desempeño de otras fábricas… y así, sucesivamente.
¿Algún mensaje final?
Hemos de aprovechar el tiempo en que podemos trabajar y seguir trabajando, seguir peleando. Hay mucha gente que culpa al gobierno de esta situación, lo cual pienso que es un poco injusto. O, en vez de señalar la pérdida de empleo en una u otra ciudad, hay que pensar que no es una u otra ciudad la que ha perdido algo, sino el país entero. No es momento de tirar cada uno por su lado, sino unirnos entre nosotros y sugerir al gobierno medidas que ayuden a la recuperación de todo el país. Miro con optimismo el futuro y creo que Dios nos ayudará a salir hacia delante.