La pandemia y las posteriores medidas de seguridad y precaución tomadas impactaron en diferentes rubros de la economía. No obstante, cada uno se ha sentido afectado de manera distinta. En esta oportunidad, conversamos con Francisco Gómez, director de Fortaleza S.A., para discutir la huella de la crisis sanitaria en los segmentos del sector inmobiliario.
¿Cómo cree que se vio afectado el sector inmobiliario por la situación actual?
El sector inmobiliario se divide en diferentes segmentos: Estado, turístico, retail, logístico, oficinas corporativas y el residencial, que a su vez puede segmentarse en edificios o viviendas particulares. Se puede también hablar del mercado de alquileres y de la compra-venta del crédito hipotecario. Creo que la pandemia del coronavirus, en su primera etapa, golpeó de manera más violenta al sector turístico y al de retail; el residencial creo que será el último en sentir los impactos económicos y el efecto real de esta crisis. Pienso que aún no estamos en condiciones de diagnosticar el final, porque todavía quedan meses por delante, de trabajo y de recuperación.
Si pudiera hacer una previsión, ¿cómo cree que se dará dicha recuperación?
De manera lenta, porque el consumidor será distinto. Hasta que no podamos adaptarnos a las nuevas necesidades de este – hasta que no podamos identificar cómo este se mueve, cómo este consume, valga la redundancia – existirá un periodo de incertidumbre, en el cual encontraremos heridas económicas, en la mano de obra, proveedores y en la cadena de pago. A todos estos afectó el tener la economía parada durante más de 60 días. De hecho, sigue parada, recién empezamos la primera fase de la “cuarentena inteligente” y faltan cuatro fases más antes de la reapertura total de los comercios.
Si bien hay una sensación de reapertura porque entre un 50 a 70% de personas que han podido retomar sus actividades, sigue existiendo, aproximadamente, un 30% de gente que no. Si la economía cae un 30% – asumiendo que este fragmento de la población deje de existir, por ejemplo –, sigue siendo un problema enorme que no se debe subestimar.
No creo que la pandemia convierta a Paraguay en una isla. Habrá que observar, en materia de salud, el próximo desenvolvimiento en esta y qué ola de efecto económico causa.
Al respecto, ¿cree que hay una diferencia entre el impacto global y el local, teniendo en cuenta el momento en que vivimos esta situación y las diferencias en cuanto a los tiempos de aplicación de medidas de seguridad y prevensión?
Creo que hay un impacto similar, pero un componente diferencial, que son los tiempos. Corremos con una ventaja muy importante: esta crisis ha ocurrido en el primer mundo antes de llegar a nosotros. Si esto hubiese iniciado en países en vías de desarrollo, el efecto podría haber sido devastador.
También está la ventaja estacional: en los países donde esto inició, ahora está terminando el invierno y empezando la primavera, mientras que nosotros estamos por encarar al invierno. De alguna manera, nos han dado el diario del lunes y hemos sabido actuar con esta información. Considero que las medidas preventivas tempranas nos han dado la ventaja del tiempo, que a su vez nos ayudó a prepararnos mejor y obtener un éxito parcial en esta “primera ronda”.
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