Rememorando la historia del comercio en Paraguay, se debe destacar el trabajo del renombrado don Lázaro Morga Lacalle, quien fundó la tienda La Riojana posicionándose como un punto de referencia en la cronología comercial del país y sus países vecinos. A continuación, compartimos parte de la exitosa historia del hombre que fue llamado “el mejor comerciante de Sudamérica”.
Inicios
El reconocido empresario don Lázaro Morga Lacalle nació en Matute, provincia de La Rioja, España, el 17 de octubre de 1913. Dejó su patria natal antes de cumplir los 16 años y llegó al Paraguay en 1929.
Comenzó a trabajar en la localidad de Itá, donde se encontraban algunos parientes suyos con quienes se inició en el comercio. Quería estudiar Medicina, pero no pudo concretar aquel sueño. De igual forma, decidió estudiar por correspondencia y recibió el 22 de febrero de 1937 su título de Contador Mercantil, otorgado por la Escuela Sudamericana de Buenos Aires.
Luego de casarse con Mercedes Jiménez, se trasladó a Asunción donde decidió abrir un negocio. En principio le ofrecieron un local sobre la calle Pettirossi, pero finalmente aceptó el ofrecimiento de un salón sobre la calle Mariscal Estigarribia entre Independencia Nacional y Yegros, lugar donde finalmente, el 30 de junio de 1950, fundó su tienda denominada “La Riojana”, donde vendía telas y artículos de mercería.
La Riojana
La Riojana se convirtió en un referente en el ramo comercial a nivel nacional y su prestigio trascendió las fronteras del Paraguay. Los turistas que llegaban al país tenían a la tienda como parada obligatoria para realizar sus compras en Asunción.
La Riojana fue un hito en el mundo comercial del Paraguay durante la época de los 60, 70 y 80. En los años 60, la tienda consiguió un programa de abastecimiento de uniformes para todos los empleados estatales del gobierno de Alfredo Stroessner, creando un sistema de crédito para sus empleados que beneficiaría en pagos aplazados las compras que los empleados públicos hicieran en La Riojana.
En los años 70 se caracterizó por ubicar a la moda como negocio, importando ropa de Argentina y Brasil. Cabe destacar que en aquella época se realizó el Tratado de Itaipú, que logró el enriquecimiento de muchos trabajadores, lo que ayudó a la prosperidad de la tienda.
En la década de los 80, Paraguay gozaba de un momento de prosperidad; el Banco Mundial y el Banco Central de Paraguay habían registrado un crecimiento récord del 12 %. La Riojana tenía ya 400 empleados en el año 1984 (en su época de mayor esplendor llegó a tener hasta 900 empleados), y poca competencia en su sector, ya que otras empresas tuvieron que cerrar al no poder competir con la calidad y los precios de las tiendas de Lázaro Morga Lacalle.
“El centro de compras más importante del país” fue el eslogan comercial que marcó la historia de la Riojana y por el cual era conocido en todas partes en la década de los 70 y en los 80. Tanto paraguayos como extranjeros, decían orgullosos: “esto lo compré en La Riojana”, pues era la tienda más destacada del centro de Asunción.
La tienda se caracterizó por la venta en variedad de prendas de vestir, nacionales e importadas. Asimismo contaba con secciones de tela, tapicería, perfumería, niños, caballeros y damas, etc.
Exitoso empresario
Lázaro Morga Lacalle conquistaba con su carisma, ingenio, dedicación, habilidad comercial y trato afable que lo ayudaron a que su negocio florezca de la forma que lo hizo, de hecho, su tienda vestía a numerosas personas reconocidas en la sociedad e incluso a los funcionarios del Estado.
De acuerdo a quienes lo conocieron, el trabajo fue para don Lázaro la razón de su existencia. Conoció sacrificios, pero tuvo la predisposición y la energía para vencer adversidades. Y, desafiando todas las dificultades que se le fueron presentando, logró concretar metas.
Lázaro Morga Lacalle fue un exitoso empresario, trabajador y carismático vendedor, fundó la tienda más famosa del Paraguay y una de las más conocidas de Sudamérica.
Fue un viajero impenitente. Recorrió toda Europa donde visitó a varios monarcas y gobernantes. Tuvo entrevistas personales con los reyes de España y el Papa Juan Pablo II. Conoció a los líderes mundiales más famosos, con los cuales posó en fotografías que colgaban en su oficina. La galería incluía retratos autografiados por la Reina Sofía de España, el Rey Juan Carlos I y su familia, el Príncipe Felipe. También fotos dedicadas por el papa Juan Pablo II y los presidentes Felipe González, José María Aznar, Nelson Mandela, Carlos Menem, Francois Mitterrand, Luis Alberto Lacalle Herrera y varias condecoraciones y títulos honoríficos concedidos por gobiernos y universidades del exterior.
Durante su presidencia de la “Sociedad España” recibió la “Encomienda de Orden del Mérito Civil”, otorgada por el Gobierno nacional en diciembre de 1970.
Don Lázaro también fue un hombre que se dedicó a retribuir sus ganancias a la sociedad. En cumplimiento de una promesa hecha a su padre, mandó construir en Itá un liceo, así como el Colegio Parroquial San Blas, en la misma localidad. Sobre la construcción manifestó a los medios: “a mí no me permitieron estudiar, pero les di lugar a los jóvenes de este país que querían hacerlo”. De igual forma, levantó una escuela primaria en la compañía iteña Arrúa’i. En el “Paseo de los Ilustres” de la Laguna de Itá puede observarse un monumento con su nombre, que lo reconoce por su inmensa obra por la ciudad.
En 1994 fue distinguido con la “Medalla de La Rioja”, máximo galardón que concede esa región del norte de España a sus hijos más destacados. Además, el 30 de junio del 2006, Don Lázaro Morga fue reconocido como el “Mejor comerciante de Sudamérica“, distinción otorgada por la World Confederation Of Business en la ciudad de Nueva York, EE.UU. Sobre el reconocimiento, Morga refirió, “me gustaría que este país surja, que salga adelante, porque el Paraguay es un país extraordinario. Quiero que este país sea lo más grande de Sudamérica, porque tiene todo”.
Con un carácter afable y con regularidad se lo veía recorriendo las secciones de su tienda, interesándose por brindar un excelente servicio a sus clientes, en especial a las señoras, con quienes conversaba y se encargaba de guiarlas para mostrarles las últimas novedades que se ofrecían en la tienda. Morga Lacalle cumplía con el eslogan de “atendido por su propio dueño”, puesto que él mismo se encargaba de abrir el local todos los días a las seis de la mañana, luego a atendía a sus clientes y cerraba a las siete y media de la tarde.
En una entrevista en el 2006, otorgada al Diario ABC, con 93 años comentó al periodista Javier Yubi que le gustaba trabajar porque quería progresar. “Tenía un carácter de no quedarme en el camino, quería seguir adelante y para eso no podía ser medio flojito. Yo hacía de todo, porque estaba dispuesto a llevar el negocio adelante”, expresó Morga Lacalle.
“Yo hacía de todo, porque estaba dispuesto a llevar el negocio adelante”.
En la misma entrevista recordó que el primer día que abrió la tienda logró vender 280 pesos que, si bien no era mucho, para Morga Lacalle lo importante fue que vendió desde el primer día. Asimismo, contestó que su clave para el éxito empresarial fue, “visión de trabajo y deseos de triunfar”.
Don Lázaro siguió trabajando incansablemente en su querida tienda hasta muy poco tiempo antes de su fallecimiento a la edad de 96 años. Sus clientes lo recordaban con cariño, remarcando que se sabía el nombre de cada uno de ellos y que siempre se lo encontraba recorriendo los pasillos y regalando caramelos.
Don Lázaro se desempeñó como presidente de La Riojana desde el 30 de Junio de 1950 hasta el 30 de Junio del 2007. El 23 abril de 2010, falleció en Asunción. Si bien nació en España, tuvo un entrañable amor al Paraguay, país en el cual vivió, trabajó y formó su familia, siempre será recordado por su limpia y decente trayectoria en el ámbito empresarial y social.